Hace algunos años -antes de dedicar mi tiempo por completo a la publicidad- estuve inmerso en el mundo de la radio… sí era locutor y lo disfrutaba muchísimo. Desde desarrollar guiones hasta la producción de spots, entrevistas, cubrir conciertos y sí… mis horas “al aire” en aquel esfuerzo vía web son hoy un bello recuerdo que sin duda es parte fundamental de mi formación profesional.
Por aquellos años una amiga y compañera colocó una frase que aún resuena en mí, ella decía para iniciar su programa radial: “el pop se llora o se baila”. Esta sentencia es más que acertada y hoy años después -ya alejado del micrófono- la aplico y adapto a lo que todos los días me mantiene ocupado.
La publicidad se llora, se grita, se sufre… ¡pero como se disfruta!
Cuántos de los que estamos en este vertiginoso mundo de la publicidad nos hemos topado con bloqueos creativos, clientes insatisfechos, cuentas complicadas… días negros que nos hacen pensar por qué no nos dedicamos a algo más sencillo.
La naturaleza disímil de las personas -y personajes- al interior de una agencia logran una dinámica y sinergia que supongo será difícil replicar en otra área laboral. Diseñadores, mercadólogos, comunicólogos y otras yerbas hacen… hacemos que este mundo publicitario llore o baile.
Sin duda no cambiaría por nada lo que hago todos los días y respondiendo la pregunta que titula esta entrada de blog: Porque hacer algo más sencillo seguramente sería más aburrido.
Les comparto parte de lo que hacía al micrófono: https://www.mixcloud.com/erikceratigahan/mel%C3%B3manocast-1/
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