Antes de que leas las siguientes líneas necesito aclarar que lo que a continuación escribo no trata sobre el folklore, mi intención es reflexionar un poco sobre la música popular, eso que determina la cultura mediática.
Siempre me he considerado un amante de la música -aunque jamás me he prendido de un instrumento-, sólo soy un oyente que disfruta de una buena lírica acompañada de algunos riffs -sí, antes que cualquier otro género prefiero el ROCK-.
La música es una parte fundamental de nuestro mundo, hay personas que miden sus actividades con canciones, algo similar a “Yo me tardo un par de canciones en ducharme” o “Tengo el playlist perfecto para una larga noche de romance”, los ejemplos pueden ser infinitos. Sin duda la música es un eje fundamental -piénsenlo, pasamos más tiempo escuchando que viendo- la portabilidad que nos da la tecnología nos permite llevar miles de megas de canciones en el bolsillo.
Entonces por qué en ocasiones le damos tan poca importancia a lo que escuchamos, por qué no pasar el mismo rasero que cuando se trata de cine, televisión o incluso literatura. Me resulta irrisorio cuando algunas personas dicen gustar de todo tipo de música, pues de hecho si te gusta TODO significa que en realidad no te gusta NADA.
La música influye de manera significativa en la cultura de masas, vaya la música que emana de determinado lugar refleja definitivamente lo que las personas que la emiten tienen que decir.
En México -en mi opinión- desafortunadamente el rock no es un elemento cultural preponderante, a diferencia de Inglaterra, Estados Unidos o para tener un ejemplo más cercano, Argentina.
Hace un par de semanas navegando en la red descubrí un programa llamado “Rock del País” en donde audicionan bandas amateur para ser “juzgadas” por personalidades del llamado Rock Nacional (argentino) y fue muy grata mi sorpresa al confirmar que en aquel país el rock aún es un generador de cambios, es una ideología, es un género implantadísimo en la cultura popular.
Acá en México basta con echarse un clavado en el cuadrante de la FM o AM para saber qué es lo que -en su mayoría- nuestro país tiene que decir, hagan una pequeño experimento social: vayan a un concierto de rock y pregunten a algún espectador sobre algún libro, ideología política u opinion sobre algún acontecimiento importante, es muy probable que reciban una respuesta con argumentos sólidos -debatibles- ahora acudan a un “baile” de música popular y hagan la misma pregunta, es muy probable que las respuestas que reciban carezcan de calidad argumentativa.
Mucha de la música popular mexicana versa sobre machismo-misoginia o está repleta de melodías simples y repetitivas; por todos es bien sabido que México es una de los países con menos lectura de libros per capita, obviamente esto se ve reflejado en la música.
Deberíamos ser más exigentes también con lo que escuchamos y así enriquecernos.
John Winston Ono (John Lennon) dijo alguna vez que la música que escuchas te define, eres lo que escuchas.
¡Seamos más!
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